
En Ourense
La primigenia Ourense nació en el siglo I debido a la gran fascinación que sufrieron los romanos por la gran cantidad de aguas termales que escondía el suelo de la región. A partir de ellas, la ciudad fue creciendo a lo largo de los siglos.
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El vino siempre fue un producto estratégico y arraigado en la zona desde la Edad Media. Con un clima que varía en el frio y el calor extremo durante todo el año, no hay más que ir preparado y con muchas ganas de disfrutarla.
1. Ponte Vella (o Puente Viejo)

El primer puente que unió las dos orillas del Rio Miño fue el Ponte Vella, una construcción romana que está unida a la ciudad desde prácticamente sus orígenes.
Todo un hito de ingeniería para su época, reconstruido varias veces a lo largo de los siglos, y del cual hoy solo quedan algunos sillares de la bases de sus primeros tiempos.
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Actualmente es todo un símbolo, apareciendo incluso en el escudo de la ciudad. El puente es totalmente peatonal y no te puedes ir de Ourense sin atravesarlo y disfrutar de las vistas privilegiadas.
2. Otros puentes de Ourense: el Ponte do Milenio
Además del Ponte Vella, hay siete puentes más en Ourense que unen las orillas del Miño. Por increíble que pueda parecer, todos datan del siglo XX hasta nuestro días, siendo el Ponte Nova el segundo en ser construido, inaugurado en 1918.
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De entre todos ellos, el que más llama la atención es el Ponte do Milenio (o Puente del Milenio), una construcción modernista finalizada en 2001 y obra del arquitecto Álvaro Varela. Además de vehículos, tiene una pasarela con forma elíptica a la que se puede subir andando para apreciar las vistas de los alrededores.

3. Las termas de Ourense

Además de sus puentes y su centro histórico, la tercera pata que sustenta la forma de ser y la vida en la ciudad son sus famosas termas, ya utilizadas por los romanos casi 2000 años atrás. Por toda la ciudad se reparten un buen número de centros donde disfrutar de aguas a altas temperaturas, que pueden llegar hasta los 70º.
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Para disfrutar de ellas hay varias opciones. Piscinas en el centro histórico, como As Burgas, y lugares públicos alrededor del Rio Miño, como las termas de Canedo y Outariz. Igualmente, hay otras opciones privadas, como las termas de Outariz (diferentes a las mencionadas anteriormente) y A Chavasqueira. Basta con llevar bañador, toalla y chanclas.
4. Iglesia de Santa Eufemia y el Pazo de Oca Valladeres
En una pequeña calle estrecha del centro nos encontramos con la imponente Iglesia de Santa Eufemia, el segundo templo más grande de Ourense. Del siglo XVII-XVIII, su fachada muestra un ejemplo perfecto del barroco gallego. Lo que más cautiva e impresiona es la peculiar forma cóncava de su fachada principal, algo que la diferencia de cualquier otra.
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Justo al lado, en la propia Rúa Lamas Carvajal, se encuentra el Pazo de Oca Valladeres, uno de los palacios más importantes de toda Galicia. En la actualidad, y desde el siglo XIX, es sede del Liceo de Ourense. Te aconsejamos entrar y disfrutar del patio central, visible un poco desde la calle.

5. Praza Maior

La Praza Maior, o Plaza Mayor en su forma castellanizada, es el corazón del centro histórico de la ciudad. Con respecto a otras plazas mayores españolas, la de Ourense tiene como particularidad su suelo inclinado, algo que le suma bastante encanto.
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En ella, además de muchas terrazas donde tomar algo en los días más calurosos, se encuentran importantes edificios como la Casa Consistorial o el Antiguo Palacio Episcopal. Nuestra fachada favorita es la del Edificio Fermín García, típica casa nobiliaria de los siglos XVIII y XIX y que hoy acoge exposiciones.
6. As Burgas, fuente termales en el corazón de Ourense capital
Aguas termales históricas y públicas, As Burgas son un conjunto de fuentes que son pura identidad para el orensano. Hay tres en total, la Burga de Abajo, una fuente de estilo neoclásico del siglo XIX, la Burga do Medio, una explanada rectangular donde el baño está permitido, y la Burga de Arriba, una pequeña fuente de estilo popular del siglo XVI.
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En la propia plaza se encuentra el Centro de Interpretación Arqueológico Termal, con exposiciones donde se explica la historia de las aguas termales y su funcionamiento. La visita se completa con hallazgos arqueológicos, como la piscina santuario de Revve Anabaraego, del siglo I.

7. Iglesia de Santa María Madre

Desde la Praza Maior, a la izquierda de la Casa Consistorial, nos encontramos de frente con la Iglesia de Santa María Madre, con una de las estampas más bonitas de todo Ourense gracias a la escalinata que lleva hasta su puerta. Una foto que no puede faltar en tu cámara.
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En el punto en el que se encuentra esta iglesia barroca del siglo XVIII se cree que anteriormente se levantaba la antigua Catedral de Ourense, de la que aún se conservan algunos capiteles y columnas.
8. Catedral de San Martiño de Ourense
Dentro del conjunto histórico monumental, la Catedral de San Martiño es el punto más destacado que ver en Ourense capital. Un templo construido entre los siglos XII y XIII, con modificaciones posteriores a lo largo de los siglos, que ejerce un imán hacia al visitante, pues parece que todas las calles de la ciudad lleguen hasta ella.
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El exterior es pura magia, ya que se encuentra encorsetado entre pequeñas calles, manteniendo un espíritu medieval.
Hay que rodearla entera para apreciarla en plenitud. Su torre o cimborrio gótico es toda una seña de identidad de la ciudad.

9. Mirador de San Francisco

Además de las vistas desde los puentes, las mejores vistas del casco histórico de Ourense se consiguen desde el Mirador de San Francisco o de la Rúa da Estrela, al este de la ciudad.
Desde la Catedral hay que atravesar la bonita Praza Correxidor y subir varios tramos de escaleras. Merece muchísimo la pena.
10. Claustro de San Francisco
A la espalda del mirador se encuentra el Claustro de San Francisco, en los restos de un antiguo convento franciscano. Una joya del románico-gótico gallego que data del siglo XIV, conservado hasta nuestros días. Como curiosidad, el edificio fue sede de un cuartel de infantería desde 1843 a 1984.
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La gran atracción son los numerosos animales, seres de la mitología y vegetación que se encuentran esculpidos en los capitales de los 63 arcos del claustro. Una obra única donde los artistas gallegos de la época pusieron de manifiesto su talento e imaginación.
